Adrian M.
Si bien solamente pasamos por la puerta y no nos hospedamos allí, la casa nos llamó mucho la atención.
Nos pareció exótica, extraña, pero atractiva. Tenía algo de nostalgia y a la vez una amable calidez.
Justo era el atardecer, había viento y una gran cantidad de aves en las palmeras que la flanquean en el jardín.
Seguramente pasaremos a conocerla.